Desde la Plaza Romea siguiendo la calle Trapería, se llega al Real casino de Murcia. Sus refinadas salas fueron catalizadoras de los encuentros entre intelectuales y personas renombradas de la Región durante el siglo XIX. Algunos de ellos pertenecían a logias masónicas, como su primer presidente, el abogado Juan López Somalo (1823-1895), más tarde alcalde y gobernador de Murcia, que perteneció posiblemente a la Logia “Hijos de Zoroastro”.
La Fachada Principal se articula simétricamente respecto a un eje central, donde se sitúa el acceso. Posee dos plantas muy significativas y un semisótano, el piso principal y la calle se unen por una escalera; la totalidad de la planta baja se construyó en una cota elevada, lo que permite que aparezcan piezas en semisótano y tengan unos vanos en el zócalo de fachada.Según la descripción realizada por el arquitecto D. Alfredo Vera Botí: “Formalmente la fachada tiene un gran énfasis áulico apoyado en un repertorio de formas predominantemente neo barrocas, en las que no faltan alusiones a otros códigos (el neo egipcio en los capiteles que soportan las cariátides; el neo renacimiento en las bichas de los dinteles de las peceras; el modernismo en las formas carnosas de algunas cartelas, como la del remate axial de coronación; etc.), e intenciones, como la cabeza de La Libertad (si fuera un ate-neo tendríamos que pensar mejor en una Minerva; existe un aire con la escultura de Bartoldison (Estatua de la Libertad, emergíendo dentro del arco arriñonado (de ascendentes borrominescos) sobre el acceso principal.
A ambos lados del acceso, se abren salas de tertulia acristaladas hacia la calle, (Peceras).
Las grandes vidrieras ocupan unos huecos que recorren casi la totalidad de lo que queda de fachada. Cada vano se encuentra partido por una columna de fundición central a modo de parteluz, con dinteles de vigas de hierro revestidas en madera con relieves de inspiración renacentista.
La primera planta, de huecos menores simétricos, posee un balcón importante en su centro, acompañado por cariátides y sostenido por ménsulas con cabeza de león que aparecen en otra de las obras de Pedro Cerdán (la Casa del Piñón de La Unión).
El cornisamento, con frontón curvo en el eje, remata eclécticamente el conjunto. Quedan vestigios del entoldado que existía bajo el cornisamento. Este se desarrollaba entre las fachadas enfrentadas de la calle.
El Casino de Águilas cuenta con grandes salones rodeados de arte. Se comenzó a construir en 1894, aunque su historia empieza años atrás, en 1876, cuando con tan solo 152 socios se conformó la Sociedad de Amigos que años más tarde se trasladaría al gran casino.En 1885 el organizador de actos era el abogado Ángel Ruano Blázquez, vicepresidente del partido demócrata progresista y miembro, sucesivamente, de las logias Flor del Valle nº 183 y Paz y Armonía.
Proyectado con dos plantas y un semisótano, se convertía en un edificio de gran nobleza y sencillez decorativa, que destacaba con respecto a las dimensiones arquitectónicas de otros edificios existentes en la ciudad.
Se trata de un edificio de planta cuadrada, que se encuentra organizado en torno a un patio de luces y que cuenta con una cubierta metálica.
El diario El Liberal elogiaba a finales del siglo XIX el interés por el edificio del Casino, que se convertiría en un aliciente más para el turismo, aliviando en cierto modo la penuria económica local.
Además de la sociedad burguesa local, en su mayoría procedente de Lorca y que se dedicaba principalmente a la actividad minera en la zona, el Casino de Águilas fue visitado por los ingleses establecidos en la ciudad. Éstos eran empleados y técnicos de las compañías que explotaban el mineral en la localidad, teniendo en cuenta que allí se encontraba el embarcadero de El Hornillo, desde donde se exportaba el mineral a Inglaterra procedente de Lorca, Almería o Granada. Aunque sus costumbres de tomar el té a las cinco y sus partidas de bridge los aislaba del resto de los socios.
En plena Guerra Civil, el Frente Popular expropia el Casino, convirtiéndolo en Casa del Pueblo. Tras la guerra, el General Franco prohíbe los casinos, así que éste comienza a denominarse Liceo.En la década de los 40 se prohibieron los casinos, por lo que sufrió un declive y pasó a llamarse Liceo.
Lorca
En diciembre de 1845 tenía lugar la reunión preparatoria para su nacimiento y en ella especificada que habían tomado sus estatutos de los casinos de Valencia y Cartagena, por ello se conoce la existencia del casino departamental.
El Casino Artístico y Literario de Lorca es un edificio de singular belleza ecléctica, cuyos planos debieron realizarse bajo la dirección de Manuel Martínez, maestro autóctono que creó un ambiente inspirado en el más puro estilo lorquino.La necesidad de espacios de reunión y recreo para la alta clase social de la ciudad, propició su construcción en el desamortizado Hospital de San Juan de Dios.
En el interior del edificio existen dos espacios destacados: el vestíbulo de entrada, que posee un gran lucernario y una escalera imperial, y el Salón de Baile, en el que destacan las pinturas decorativas realizadas por Francisco Cayuela, Luis Tornero y Sánchez Carlos, así como los relieves de Blas Latorre.Valiéndose de algunos elementos clasicistas, como frontones en los balcones de la planta noble y entrada, dan al casino la expresión de las tradiciones arquitectónicas vernáculas. El eclecticismo no necesitaba recuperar las tradiciones artesanales porque éstas apenas habían variado desde el siglo XVII, con una interpretación indígena del eclecticismo, al igual como había sucedido en el barroco lorquino en muchas obras relacionado con el barroco sudamericano.
De su interior destacan el patio de luces, cubierto con una estructura de madera y cristal, la escalera de tipo imperial y el salón de baile, modernista, reflejo de una ambientación festiva conseguida por medio de la claridad armónica de los colores del conjunto.En la entrada principal se sitúa una escalera imperial. Cada uno de sus escalones son de una única pieza. Está flanqueada por dos curiosas lámparas de fundición, que representan a dos figuras egipcias con la cabeza inclinada y que sostienen un globo de cristal. Ambas parecen inclinarse ante la presencia de los visitantes. En el techo aparece un gran lucernario que dota de iluminación natural a toda la estancia, en la que también destacan los distintos balcones de las salas que dan a este espacio.
El salón de baile es neorococó, aunque con cierto aire modernista. Su decoración la llevaron a cabo cuatro artistas: El artesano local Blas Latorre con relieves de escayola, pilastras y molduras modernistas; el totanero Sánchez Carlos con cuadros que representan las alegorías de el teatro, la danza, la música y temas relacionados con el mundo modernista (de la alegoría de la danza se ha dicho que es una copia de la pintura de la Ópera Cómica de París); en las sobrepuertas existen pinturas que pertenecen al artista Luis Tornero; y el techo está decorado con una pintura de tintes regionalistas y de mayor calidad, perteneciente al lorquino Francisco Cayuela.Completan el conjunto una colección de lámparas de cristal de roca y varios grandes espejos de marco tallado y dorado.
Cartagena
DEn 1852 se especifica que pronto se inauguraría las obras del nuevo casino de Cartagena, que abría sus puertas antes de 1845. El palacete alquilado para su sede, en la calle Mayor, presentaba un escudo con símbolos masones.En 1873 nacía el Círculo Espiritista de Cartagena, parte de cuyos miembros pasaban a formar parte del casino, en 1887. Tanto su presidente como vicepresidente 2º pertenecieron a la logia Antigua Sparta.
Cristóbal Fuertes, Hospitalario, era militar, siendo su símbolo Fortaleza. Por su parte, Carlos Franzelius ejercía como dentista, siendo su símbolo masónico Frank. Por su parte, el espiritista Liberato Montells, perteneció a la logia “Hijos de Hiram”, siendo su símbolo Marat.
Cieza
Moratalla
FUENTE: Montes Bernárdez / Rubio Heredia